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Marc Martí, mánager del primer FabLab de Andorra: «Queremos sobre todo que venga gente joven y que aprenda de electrónica, a diseñar y a fabricar»

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El mánager de la asociación Open FabLab Andorra la Vella , Marc Martí

El mánager de la asociación Open FabLab Andorra la Vella , Marc Martí

El local cuenta con impresoras 3D y una cortadora láser que los usuarios pueden utilizar libremente tras haber recibido una formación previa

Andorra se ha subido al tren de la impresión en 3D y las cortadoras láser. En el mes de mayo de 2023, se inauguró el primer FabLab (Fabrication Laboratory) del país. “Es un concepto de fabricación digital que se originó en el MIT, en Massachussets, y que consiste en un espacio de producción de objetos físicos que agrupa máquinas controladas por ordenadores”, explica el mánager de la asociación Open FabLab Andorra la Vella , Marc Martí.

El objetivo del primer FabLab del principado, y también del Pirineo, es atraer a las personas del territorio. “Queremos sobre todo que venga gente joven y que aprenda de electrónica , a diseñar y a fabricar”, comenta Martí, quien aspira a fomentar el concepto de STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas).

Por este motivo, su punto de mira está fijado en las escuelas del país. “Tenemos acuerdos cerrados con el Col·legi Sant Ermengol, el Mare Janer, el Sagrada Familia, y estamos a punto de cerrarlos con el Agora Andorra International School y el British College of Andorra”, señala el químico.

Piezas de resina i plástico elaboradas con las impresoras 3D. El cubo de madera está hecho con la cortadora láser (Fotografía: Elena Pardo)

Però també són benvinguts particulars i empreses, tot i que aquestes darreres són “més difícils” d’atreure. “A Andorra hi ha empreses molt sectorials i els costa veure què els pot aportar el FabLab”. Martí posa l’exemple d’un hotel o un restaurant i llença una pregunta a l’aire: “per a què poden utilitzar ells les nostres instal·lacions?”.

D’altra banda, hi ha oficis que poden treure molt de profit de les impressores 3D. “Per a un mecànic o un dentista és molt interessant”, apunta el químic. Un dels dissenys que té més sortida és el de les pròtesis dentals, que ja fan servir empreses de l’àmbit sanitari com Soadco, un dels socis fundadors del FabLab.

Pero también son bienvenidos particulares y empresas, a pesar de que estas últimas son “más difíciles” de atraer. “En Andorra hay empresas muy sectoriales y les cuesta ver qué les puede aportar el FabLab”. Martí pone el ejemplo de un hotel o un restaurante y lanza una pregunta al aire: “¿para que pueden utilizar ellos nuestras instalaciones?”.

Por otro lado, hay oficios que pueden sacar mucho provecho de las impresoras 3D. “Para un mecánico o un dentista es muy interesante”, apunta el químico. Uno de los diseños que tiene más salida es el de las prótesis dentales, que ya usan empresas del ámbito sanitario como Soadco, uno de los socios fundadores del FabLab.

Dos modelos de impresoras 3D

Martí comenta que el FabLab andorrano cuenta con dos tipos de impresoras 3D. El primer modelo usa como material de fabricación resina líquida. “Se trata de una resina fotosensible. Aquello que toca la luz, se solidifica”, explica. Se trata de una máquina muy precisa que se emplea para hacer “cosas pequeñas y con muchos detalles”, como pueden ser las prótesis dentales o figuritas para que jueguen los críos. Aun así, tiene algunas “desventajas”, puesto que para manipular la máquina, “que es pequeña”, hay que ponerse guantes y el proceso de creación “es complicado”.

Impresoras 3D de resina (Fotografía: Elena Pardo)

El segundo modelo de impresora 3D es “la clásica”, que utiliza filamento. “Aquesta màquina val 170 euros (marca Ender) i dona molt de si”, apunta l’impulsor del FabLab d’Andorra. “En l’àmbit domèstic és la que més s’usa perquè és barata, fàcil de fer servir, té fils de molts colors i no desprèn cap olor”, especifica.

A diferència de la de resina, pot emprar-se amb molts tipus de materials. “Aquest d’aquí és PLA (Àcid Polilàctic), que està fet a partir de blat de moro, és a dir, no prové de combustibles fòssils”. Aquest tipus de plàstic pot reciclar-se ­ —no és compostable, però sí biodegradable—, o bé pot portar-se a un centre especialitzat a triturar-lo i tornar a fer fil.

“Esta máquina cuesta 170 euros (marca Ender) y da mucho de sí”, apunta el impulsor del FabLab de Andorra. “En el ámbito doméstico es la que más se usa porque es barata, fácil de usar, tiene hilos de muchos colores y no desprende ningún olor”, especifica.

A diferencia de la de resina, puede emplearse con muchos tipos de materiales. “Éste de aquí es PLA (Ácido Poliláctico), que está hecho a partir de maíz, es decir, no proviene de combustibles fósiles”. Este tipo de plástico puede reciclarse —no es compostable, pero sí biodegradable—, o bien puede llevarse a un centro especializado a triturarlo y volver a hacer hilo.

Cámara rápida de la fabricación de Einstein de plástico con impresora 3D (Vídeo: FabLab Andorra)

Pero “como todo en la vida, nada es perfecto”, bromea Martí. “Según el tipo de uso que le quieras dar, no te sirve”, dice. Y es que el PLA (Ácido Poliláctico) se vuelve “blando” cuando se calienta a 60 grados, por lo que no sería útil para hacer una pieza de un ordenador”.

Proyectos de reciclaje

El FabLab pretende implicarse en proyectos de reciclaje: “uno más sencillo” y el otro ya “más grande”. El primero consiste en fabricar hilo a partir de botellas de plástico. “Una hoja parecida a la de afeitar da vueltas al envase y lo va cortando en forma de filamento”, explica el químico. De este modo, la gente e instituciones que quisieran, como escuelas, podrían llevar botellas al local andorrano y aquí se les daría una segunda vida. “No sería el mejor filamento del mundo, pero estaríamos reutilizando”.

Mapa topográfico de Andorra hecho con impresora 3D en 420 horas (Fotografía: Elena Pardo)

Con el segundo, la asociación se convertiría en un punto de recogida de piezas de plástico que se descartan al imprimir y fabricaría ella misma el filamento. “Esto lo haría una máquina que tritura y funde el plástico, para convertirlo en un filamento perfecto”. Por desgracia, para hacer esta idea realidad hay que hacer una inversión inicial que “el FabLab ahora no se puede permitir”. A la larga, sin embargo, acabaría ahorrándose. “Si recoges seis kilogramos de material puedes fabricar seis rollos. Y si cada rollo cuesta 20 euros, son 120 euros que nos ahorraríamos”.

Cortadora láser

En otra sala, separada de las impresoras en 3D, se encuentra la cortadora láser. “Esta máquina en vez de dibujar, quema. Y si le das mucha potencia, corta”. El producto que se usa en este caso es la madera, que “ahora está muy de moda”, dice Martí mientras me muestra una medalla elaborada con este material.

Talladora làser i peces que poden dissenyar-se amb ella (Fotografia: Elena Pardo)

Cortadora láser i piezas que pueden diseñarse con ella (Fotografía: Elena Pardo)

El método de elaboración es el mismo para todos los aparatos que hay en FabLab: primero hay que tener la idea. “Una vez te imaginas aquello que quieres crear, tienes que saber usar algún software de diseño, como Illustrator o AutoCAD.” A continuación, se envía al software de la máquina y ella te dice “hagámoslo”.

Cámara rápida del funcionamiento de la cortadora láser (Vídeo: FabLab)

En el caso concreto de la cortadora láser, se le puede dar a cada capa una potencia concreta. Para tener mejor localizadas las capas, a cada una de ellas se le asigna un color. “Puedes indicarle al dispositivo que quieres que el color rojo quede poco grabado y al contorno de la silueta, que podría ser el color azul, darle más caña”.

«El FabLab no es una copistería»

Martí pretende que toda persona que pase por el FabLab sea capaz de crear por sí misma. Por este motivo, antes de poner en marcha las máquinas, hace una formación previa a los usuarios. “El FabLab no es una copistería”, aclara su mánager. “Las máquinas van solas, pero tienes que conocer cómo funciona el software” y, en caso de estropearse, “tienes que poder desmontarlas, cambiar lo que haga falta y volverlas a montar”.

Para promocionar la finalidad de la asociación entre los habitantes del país y alrededores, el FabLab estará presente a la feria de Andorra la Vella, que se celebra los días 27, 28 y 29 de octubre en el Parc Central. “El próximo reto para darnos a conocer es hacer, de la mano de la Cámara de Comercio, formaciones a empresas”, concluye, ilusionado, Martí.


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